¿Qué es Memorias Compartidas?
En 2017 desarrollé un proyecto, proceso y metodología que di en llamar “Memorias Compartidas. Proyecto de co-educación intergeneracional e intercultural”. Lo que comenzó siendo un programa piloto hoy ya es un movimiento en marcha sostenido por un buen número de comprometidas co-educadoras.
En una primera iteración, apliqué esta metodología a un curso universitario de historia contemporánea española dictado en una universidad norteamericana. Este curso fue en castellano e iba dirigido a estudiantes de diferentes disciplinas. Lo imaginé como un viaje compartido que arrancaba en 1939, con el final de la guerra civil española, y concluía en el presente español.
El origen de esta metodología enraíza con una posición académica practicante de lo que en Estados Unidos llamamos “Academic Civic Engagement”, sintagma que se podría traducir como “compromiso académico cívico” y que, de muchas formas, es deudora del pedagogo brasileño Paulo Freire y su desarrollo en los años 60 de la Pedagogía del oprimido y de las enseñanzas del padre de la psicología social argentina, Enrique Pichon-Rivière con su teoría del enseñaje.
Mi adscripción a estas tradiciones me ha llevado a la invención de diseños curriculares y asignaturas donde se dan la mano teoría, praxis, el aula y la calle. Asimismo, este compromiso se viene manifestando en el desarrollo metodológico de formas de co-investigación y co-producción de conocimientos situados (implicados y aplicados a los procesos estudiados), acompañados siempre por las personas protagonistas de los mismos en calidad de co-educadoras.
Memorias Compartidas es por tanto mi respuesta metodológica a una necesidad de intervenir en la esfera pública poniendo las herramientas educativas e investigadoras al servicio de la transformación sistémica. Desde su invención la vengo implementando en una variedad de cursos con resultados transformadores para todas las personas participantes. Se podría decir que con y gracias a esta metodología he logrado trasladar a la realidad muchas de las propuestas teóricas pertenecientes al ámbito de la psicología social y la pedagogía crítica, ambas comprometidas con la transformación social.
¿En qué consiste la metodología?
En el contexto de Memorias Compartidas enseñar y aprender son dos procesos que ocurren simultáneamente, de ahí que hablemos de un proceso dialéctico y democrático de “enseñaje” (concepto de Pichon-Rivière). En el contexto de la co-educación, las fronteras que distinguen los tradicionales papeles de «estudiantes» y «educadores» se diluyen en tanto que ambas partes acuden a sus citas en calidad de aprendices.
En el marco de encuentros semanales en parejas asignadas aleatoriamente, las personas participantes intercambian vivencias, testimonios y reflexiones a partir de los materiales y los temas que trabajamos en los cursos. En este contexto, ambas partes enseñan y aprenden, de ahí que la experiencia del conjunto de las sesiones potencialmente contribuye a transformar sus posiciones y disposiciones.
Simplificando mucho, algunos objetivos de esta metodología son: abrir el ámbito del conocimiento y del saber académico al campo del relato oral, de las vivencias y de las experiencias; ejercitar el pensamiento crítico y autocrítico invitando a las participantes a habitar diferentes paradojas de nuestro tiempo; compartir la experiencia de vulnerabilidad subyacente a toda relación dialéctica. En ningún momento se trata de promover encuentros para la mera transmisión de conocimientos o de información. Finalmente, Memorias Compartidas es una invitación a la confabulación de semejantes diferentes en un tiempo y un espacio donde poder vincularnos para pensarnos y proyectarnos en un horizonte de posibles buenas noticias.
¿Quiénes participan de Memorias Compartidas?
Memorias Compartidas apuesta por la heterogénea confluencia de personas, saberes, disciplinas y sectores sociales. Se fundamenta en un sistema de conversaciones semanales rotativas y aleatorias entre todas las personas participantes.
Cada participante acude con la disposición de compartir su experiencia vital. En cada sesión se exponen actitudes relativas a los habitus aprendidos, consciente e inconscientemente, y en su exposición y análisis se van explicitando y, en ocasiones, modelando.
¿Qué posición adquiere la persona docente de adopta esta metodología?
Parto de la premisa de que se educa en sociedad por lo que entiendo el aula como un lugar abierto donde cruzar saberes procedentes de diferentes disciplinas y sectores y donde participan una variedad de agentes sociales.
Adoptar esta metodología lleva a descentrar la función de «profesora a cargo del aula» y a confiar en el proceso de la co-educación. Obviamente, esto implica ceder la totalidad del “control” sobre el proceso educativo y, en ocasiones, tener que enfrentarnos a situaciones imprevistas y no exentas de tensión.
La entrada de co-educadoras también obliga a distanciarnos de aquellas posturas que consideran la educación como extensión de una contabilidad bancaria o como un espacio procedimental para el formateo acrítico, la estandarización, la certificación o la mera inculcación de conocimientos útiles para la formación de los futuros trabajadores del mercado. Esta forma de acercamiento a la pedagogía crítica busca en último término la formación integral de la persona en un proceso de elaboración de una autonomía y un criterio.
Frente al modelo educativo de mercado que promueve un saber instrumental, al incorporar esta metodología optamos porque cada encuentro sea una oportunidad para el despertar de ciudadanos activos y críticos que valoren la búsqueda del conocimiento y que se sientan listos para participar en un debate político que aspire al bien común.
Y como ningún proyecto de co-educación o de co-investigación ciudadano se ejecuta en solitario, Memorias Compartidas requiere siempre de una trama de bonitas confabulaciones y complicidades.
Un proceso abierto a su continua revisión en cada una de sus iteraciones.
Al final de cada curso todas las participantes realizamos una evaluación anónima del proceso. Estos cuestionarios se comparten y se analizan en una sesión o concejo abierto, tanto en Estados Unidos como en España. Recurro al Concejo Abierto porque busco modelar una forma de evaluación basada en la democracia directa. Se trata de una modalidad operativa de gobierno, gestión y administración de un bien común dentro del sistema de los Comunes. El resultado de las deliberaciones se traduce en propuestas concretas de cambio, que se incorporan en futuras iteraciones.
Finalmente, y como parte del mismo proceso, todos los veranos fijo una reunión anual de co-educación a la que convoco a todas las co-educadoras participantes. Estos encuentros consisten en una convivencia de un par de días y son necesarios para entablar vínculos y confabularnos como grupo de trabajo y apoyo. A lo largo de estos encuentros analizamos nuestra participación y ponemos en común aprendizajes, preguntas y dudas generales. También compartimos experiencias que nos afianzan en nuestra función de co-educadoras sociales.
Las co-educadoras con más experiencia sirven de apoyo a las recién llegadas y de esta manera hemos ido poco a poco conformando una escuela interna de co-educación. En la sección de Co-educadoras se pueden leer sus comentarios sobre la experiencia.
Por último, cerramos estos encuentros con la entrega del certificado de co-educación y una celebración que, además de recordarnos el camino recorrido, nos invita a seguir caminando juntas en siguientes tramos.