Me apunté a este proyecto tras viajar con algunos amigos a Galicia y encontrarme, sin darme apenas cuenta, en una atmósfera mágica, onírica, creada por una joven e impulsiva profesora, Palmar, cuyo arte consiste en desempolvar en todos nosotros lo mejor de aquellos recuerdos diluidos por el trajín de la vida. Lo logra jugando con nuestros afectos, entretejiendo complicidad entre los presentes, pertenezcamos o no a unas mismas generación y cultura. No todo está perdido en las turbulencias que nos amenazan mientras existan ejemplos como el suyo. Y en estas estamos, charlando con jóvenes americanos, del otro lado del charco, amigablemente, ofreciéndoles nuestra experiencia como mercancía que ellos, inopinadamente, parecen valorar.
Entidades que han colaborado